Una clínica de fertilidad fue descubierta operando una oscura red de tráfico de recién nacidos, ocultando su actividad bajo la apariencia de tratamientos de gestación subrogada.
Todo salió a la luz cuando una pareja, tras recibir a un bebé supuestamente gestado con su material genético, decidió realizar una prueba de ADN. El resultado fue devastador: no tenían ningún vínculo biológico con el niño.
La policía de Telangana confirmó que la clínica, sin licencia y dirigida por la doctora Amrita, compraba bebés a familias pobres a través de intermediarios. Luego, los entregaban a parejas como si hubieran nacido por subrogación, cobrando hasta $38.000 por cada “tratamiento”.
Ocho personas han sido arrestadas, entre ellas la directora, su hijo y personal sin formación médica. Enfrentan cargos por falsificación, tráfico de menores y violaciones a las leyes de reproducción asistida.
Desde 2022, la gestación subrogada comercial está prohibida en India. Solo se permite de forma altruista, entre familiares cercanos y con supervisión estatal. Este caso ha encendido las alarmas sobre la vulnerabilidad de muchas familias y los vacíos en el control de clínicas privadas.