Después de días de miedo, hambre y explosiones, una madre boliviana y sus dos hijas jóvenes lograron escapar de la guerra en Gaza y aterrizar sanas en Santa Cruz. Su llegada, la noche del miércoles, simbolizó algo más que un retorno: fue el fin de una pesadilla.
Con lágrimas y la voz entrecortada, la mujer agradeció al Gobierno boliviano y pidió ayuda para reconstruir su vida. “Salimos sin nada, solo con esperanza. Les ruego que no nos dejen ahora”, expresó ante los medios, mientras abrazaba a sus hijas.
El viaje fue una operación humanitaria llena de obstáculos que involucró a varios países y organismos internacionales. México, Egipto, Jordania y España colaboraron para garantizar el paso seguro de la familia, mientras Boliviana de Aviación concretó el tramo final hacia Bolivia.
A su llegada, instituciones como la Cruz Roja, Cáritas y el Ministerio de Salud se movilizaron para brindarles atención médica, psicológica y apoyo logístico. Tras más de tres décadas viviendo en Gaza, el retorno marca un nuevo comienzo para esta familia que escapó del horror con la esperanza intacta.