El conflicto por el pan subvencionado llegó a su punto de quiebre. Los panificadores federados del país anunciaron que dejarán de depender del convenio con el Gobierno y que, desde el feriado de Todos Santos, el pan se venderá a un boliviano.
Rúben Ríos, ejecutivo nacional del sector, afirmó que mantener el precio de 50 centavos es “insostenible” ante la falta de entrega de harina subsidiada y las demoras atribuidas a la actual transición gubernamental. Según el dirigente, la confianza en el sistema de subvención se agotó por los “malos manejos” y la falta de respuesta de las autoridades.
Aunque la decisión final se confirmará en un ampliado nacional previsto para el 5 y 6 de noviembre, los panificadores ya decidieron actuar. Ríos sostuvo que en varios departamentos el pan se comercializa a Bs 1 sin mayores conflictos y que la población asumió ese valor como un “precio justo”.
El dirigente lamentó la falta de diálogo con el Gobierno entrante y adelantó que el sector busca independizarse definitivamente del mecanismo de subsidio estatal. “No queremos depender más de la harina subvencionada, queremos estabilidad y respeto por nuestro trabajo”, dijo.