La crisis económica se convirtió en el tema central de la campaña presidencial. Con dólares escasos, combustibles limitados, precios en aumento y desempleo, los candidatos plantearon sus fórmulas en el segundo debate del Órgano Electoral.
Eduardo del Castillo presentó su plan Bolivia I, que busca generar 12.000 millones de dólares fortaleciendo la agricultura, la minería y los hidrocarburos para exportar más y mantener derechos sociales sin recortes.
Pavel Aracena apostó por un rescate rápido para captar 6.000 millones en 60 días, vendiendo el 3% de las reservas de litio y tierras raras mediante referéndum, recuperando oro del Río Madre de Dios y legalizando depósitos de hasta 100.000 millones de dólares sin preguntar su origen, con la expectativa de atraer 3.000 millones.
Rodrigo Paz planteó recortar 1.300 millones en gastos superfluos, eliminar subsidios a grandes empresas y beneficios al contrabando para ahorrar 2.500 millones, además de reducir el déficit fiscal en un 60% en dos meses. Su propuesta también incluye entregar a las familias una renta directa de los recursos naturales y atraer inversión con mayor seguridad jurídica.