Óscar Hassenteufel, presidente interino del Tribunal Supremo Electoral (TSE), defiende la transparencia y solidez del sistema electoral boliviano en respuesta a denuncias de fraude, calificándolas de "injustas".
En un contexto de crecientes acusaciones de fraude por parte de sectores afines al expresidente Evo Morales, la autoridad electoral destacó la capacidad del talento humano del TSE para desarrollar un sistema de resultados rápido y confiable, complementado por un sistema de cómputo oficial con certificaciones de calidad.
"Las soluciones tecnológicas fortalecen las políticas de transparencia que la ciudadanía espera y deberían ser suficientes para evitar las injustas denuncias de fraude o manipulación dolosa de resultados", afirmó Hassenteufel.
El presidente del TSE reconoció que, aunque el organismo no es infalible y "podemos incurrir en algunos errores", no debe haber "duda alguna acerca de nuestra honestidad y de nuestra buena fe".
El proceso electoral ha sido calificado como "difícil" por Hassenteufel, quien señaló que el TSE ha enfrentado una serie de desafíos, incluyendo la difícil situación económica del país, la polarización social, la tentación de grupos de poder de interferir en el proceso y el incumplimiento de compromisos asumidos en encuentros multipartidarios. "El TSE tuvo que transitar el camino en solitario", lamentó.
A pesar de las dificultades, un total de 7.937.138 ciudadanos están habilitados para ejercer su derecho al voto tanto en Bolivia como en el exterior. Los bolivianos en Tokio, Japón, fueron los primeros en votar. Ocho organizaciones políticas compiten en estas elecciones, que, según el vocal del TSE, Gustavo Ávila, son una de las más vigiladas de la historia.