El debate vicepresidencial en Santa Cruz se transformó en un espectáculo de ataques personales más que en un espacio para discutir ideas. Los candidatos Edmand Lara (PDC) y Juan Pablo Velasco (Libre) protagonizaron un cruce feroz de acusaciones y descalificaciones a menos de dos semanas del balotaje del 19 de octubre, dejando en segundo plano las propuestas y los temas de fondo.
Lara abrió fuego reclamando a Velasco por supuestos tuits racistas de hace 15 años y por su vínculo familiar con el caso Banco Fassil, lo que desató una guerra verbal. Velasco respondió acusando a su rival de violar las reglas del debate y lo tildó de “pajpaku”, elevando aún más la tensión. En medio de la confrontación, ambos revivieron viejas polémicas de campaña y dejaron en evidencia el tono agresivo que domina esta segunda vuelta.
Las propuestas, breves y dispersas, quedaron opacadas por el enfrentamiento. Velasco defendió limitar el subsidio a los combustibles solo al transporte público, mientras Lara insistió en mantenerlo porque, según dijo, “hay plata, solo está mal administrada”.
En los mensajes finales, Velasco pidió “sanar las heridas” y llamó a respaldar el cambio junto a Tuto Quiroga, mientras Lara prometió “enterrar la corrupción” y confiar en “la fe y la gente común” para renovar la política. Ambos dejaron claro que el tono de confrontación marcará los días decisivos rumbo al debate presidencial en La Paz.