El Tribunal Supremo Electoral (TSE) se enfrenta a un dilema que va más allá de la organización: definir si el debate presidencial del próximo domingo 12 de octubre será un espacio de confrontación democrática o un acto cuidadosamente moderado.
El vocal Tahuichi Quispe ha encendido la polémica al proponer ampliar de dos a cuatro los moderadores y, sobre todo, darle un rol a la activista María Galindo, conocida por su estilo frontal y su crítica al poder político y patriarcal.
“¿Por qué no poner a María Galindo? ¿Cuál es el temor?”, lanzó Quispe, al recordar que en el debate vicepresidencial de Santa Cruz se amplió el número de moderadores tras reclamos iniciales. Según el vocal, esa experiencia demostró que la pluralidad fortalece el debate, no lo debilita.
Sin embargo, dentro del propio TSE hay resistencia. Algunos vocales temen que una figura tan controvertida como Galindo rompa el equilibrio institucional o convierta el encuentro en un show mediático. La decisión final será tomada en la Sala Plena, donde se definirá si el debate entre Jorge Tuto Quiroga y Rodrigo Paz apostará por el orden o por la provocación.
Mientras tanto, el TSE insiste en que su prioridad será evitar los ataques personales y recuperar el sentido propositivo del debate, tras la batalla verbal del encuentro vicepresidencial.