El vicepresidente electo Edmand Lara confirmó que vestirá su uniforme policial durante el acto protocolar de posesión que se realizará este sábado en la ciudad de La Paz, una decisión que ha generado controversia dentro de la institución verde olivo y en el ámbito político.
A través de sus redes sociales, Lara afirmó que su decisión no constituye un delito y la justificó como un gesto simbólico en homenaje a la Policía Boliviana. “Con todo respeto le digo al ministro de Gobierno, Roberto Ríos, y al comandante general de la Policía, Augusto Russo, que si quieren procesarme, háganlo. Tomo la decisión de utilizar el uniforme policial en este acto protocolar como un homenaje a la institución”, expresó.
El anuncio se da luego de que el ministro Ríos confirmara que Lara había solicitado formalmente al Comando General de la Policía autorización para portar el uniforme en la ceremonia de transmisión de mando. Sin embargo, el pedido fue observado por el área jurídica de la institución, dado que Lara fue dado de baja de las filas policiales años atrás.
Lejos de retroceder, el vicepresidente electo redobló su posición y aclaró que no pretende usurpar funciones. “No estoy cometiendo ningún delito porque solo utilizaré el uniforme en un acto protocolar. No ejerceré funciones de policía, no dirigiré el tránsito, no ejecutaré órdenes ni realizaré tareas propias del cargo. Asumo esta decisión con plena responsabilidad”, enfatizó.
La polémica decisión de Lara ocurre en vísperas del acto de posesión presidencial y vicepresidencial que se llevará a cabo este sábado en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), donde Rodrigo Paz asumirá la Presidencia y Edmand Lara la Vicepresidencia, iniciando así un nuevo período de gobierno de cinco años.
Más allá de la controversia legal, el gesto de Lara se interpreta como una declaración política: un intento de reivindicar su pasado policial y de enviar un mensaje de desafío a las jerarquías que lo apartaron de la institución, en un contexto en el que la relación entre el nuevo gobierno y la Policía podría marcar el tono de los próximos meses.