El pequeño pueblo alpino de Blatten, en el cantón suizo de Valais, ha quedado prácticamente sepultado tras una avalancha masiva causada por el colapso parcial del glaciar Birch. El desastre natural ocurrió el miércoles por la tarde, cuando toneladas de lodo, hielo y rocas descendieron violentamente por la ladera, arrasando con viviendas, caminos y parte de la infraestructura local.
Aunque las autoridades habían ordenado la evacuación del área el pasado 19 de mayo, luego de detectar movimientos inusuales en el glaciar, se teme por la vida de al menos una persona que continúa desaparecida. Equipos de rescate trabajan en condiciones difíciles para intentar encontrarla, mientras que decenas de familias han perdido sus hogares.
El alcalde del municipio, Matthias Bellwald, visiblemente afectado, declaró que “hemos perdido nuestro pueblo, pero no nuestro corazón”. La destrucción ha sido descrita como devastadora, pero la rápida actuación preventiva permitió evitar una tragedia mayor.
Este desastre se suma a una serie de eventos similares que en los últimos años han afectado a distintas regiones de los Alpes, donde el calentamiento global está acelerando el derretimiento de los glaciares y aumentando el riesgo de desprendimientos catastróficos. Expertos advierten que este tipo de fenómenos podrían volverse cada vez más comunes si no se adoptan medidas urgentes para enfrentar el cambio climático.
El gobierno suizo ha movilizado ayuda militar y recursos económicos para asistir a las víctimas y comenzar las labores de limpieza y reconstrucción. Mientras tanto, Blatten, símbolo de la belleza alpina, enfrenta ahora el dolor de una transformación impuesta por la fuerza de la naturaleza.