Los siete vocales del Tribunal Supremo Electoral (TSE) solicitaron formalmente medidas cautelares a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) debido a amenazas sistemáticas y un clima creciente de hostigamiento que, según advierten, pone en riesgo su vida, integridad física y el ejercicio independiente de sus funciones.
La petición se presentó tras una serie de hechos que se intensificaron desde la convocatoria a elecciones generales, incluyendo amenazas de incendiar oficinas del TSE, la difusión de domicilios de vocales por redes sociales, y actos simbólicos de violencia como la quema de muñecos con sus rostros.
El tribunal advirtió que las amenazas también alcanzan a sus familias y alertó sobre la posibilidad de que se repitan episodios violentos como los ocurridos tras las elecciones de 2019. Entre los hechos más graves, se reportó un atentado con explosivos cerca del domicilio de un vocal departamental en Cochabamba.
“El riesgo es inminente”, afirmó el TSE, e instó al Estado boliviano a garantizar su seguridad y la institucionalidad democrática.