En medio del dolor y la indignación, Heydi Barrozo, hermana del subteniente Brayan Jorge Barrozo (22), uno de los cuatro policías asesinados durante los violentos desbloqueos en Llallagua, rompió el silencio con duras acusaciones. “Esa gente de Evo está disfrutando de la muerte… él y su gente mandaron a matarlo”, declaró entre lágrimas. Su hermano llegó sin vida a casa a las 02:30 de la madrugada del 11 de junio, tras el operativo que dejó cinco muertos, entre ellos un comunario.
Los enfrentamientos se desataron en el marco de los bloqueos impulsados por sectores afines al expresidente Evo Morales, quienes exigen revertir su inhabilitación política y piden la renuncia del presidente Luis Arce. Para el Gobierno, estos hechos son parte de una escalada preelectoral que responde a intereses políticos. Tras la tragedia, las autoridades firmaron un acuerdo para garantizar el calendario electoral del 17 de agosto e intensificar las investigaciones para dar con los responsables.
Heydi, con voz firme, exige justicia: “Aunque les den 30 años de cárcel, nunca será suficiente. Mi hermano no va a volver… le quitaron la vida”. Su testimonio pone rostro al drama humano que se vive en el país y expone la urgencia de pacificar un escenario cada vez más polarizado.