El presidente Luis Arce aseguró que su gobierno resistió presiones y movilizaciones impulsadas por Evo Morales para “preservar la democracia” en Bolivia. En una entrevista con EFE, afirmó que garantizará una transición pacífica al nuevo mandatario tras las elecciones presidenciales de agosto.
Frente a las acusaciones de “proscripción”, Arce fue tajante: “Aquí no hay ninguna proscripción. Hay una restricción constitucional que no lo habilita como candidato, así de simple”. Con esto, desestimó las denuncias de Morales y enfatizó que su exclusión responde a la ley, no a una maniobra política.
Arce también responsabilizó al líder cocalero de los recientes conflictos sociales. Sin mencionarlo directamente, apuntó al “apetito personal de una persona” como causa de los momentos difíciles que vive el país. Además, denunció un “ataque persistente” desde el entorno de Morales hacia su administración.
La declaración marca un nuevo episodio en la ruptura interna del MAS, con Arce posicionándose como defensor de la estabilidad institucional frente a lo que considera una ofensiva impulsada por intereses personales.