La recta final hacia las elecciones generales en Bolivia se ha vuelto una montaña rusa política: más de 30 candidatos han renunciado, 15 ya fueron reemplazados, y los plazos para cubrir vacantes siguen corriendo. El Tribunal Supremo Electoral (TSE) cerró el periodo de sustituciones por renuncia, pero todavía permite reemplazos por inhabilitación hasta tres días antes de los comicios.
El escenario es especialmente tenso para la alianza La Fuerza del Pueblo, liderada por Jhonny Fernández, que continúa buscando un reemplazo vicepresidencial tras la inhabilitación de Felipe Quispe. Mientras tanto, la alianza Libertad y Progreso ADN ya definió a su nuevo postulante: Víctor Hugo Núñez del Prado, quien reemplaza a Antonio Saravia.
Pese a las turbulencias, los diez candidatos presidenciales se mantienen firmes en carrera. Sin embargo, la tensión aumenta alrededor de Jaime Dunn, de Nueva Generación Patriótica (NGP), quien fue inhabilitado y tiene plazo hasta el lunes 7 de julio para presentar su impugnación ante el TSE.
La incertidumbre se instala en la contienda: los partidos rearman sus fórmulas mientras el calendario avanza, y las decisiones del TSE podrían alterar el mapa electoral hasta último minuto.
