El exministro Arturo Murillo, condenado por corrupción en Estados Unidos, intenta evitar a toda costa volver a Bolivia, donde lo esperan múltiples procesos judiciales.
Tras cumplir su condena por lavado de dinero y salir libre en junio, Murillo compareció ante un juez migratorio. Allí planteó dos opciones: pedir asilo en EE. UU. o ser deportado a Croacia, país de origen de su madre. Ambas alternativas buscan alejarlo del sistema judicial boliviano.
Según Tomás Becker, abogado de las víctimas de Octubre, Murillo busca evadir responsabilidades pendientes en Bolivia. El caso está en manos del sistema migratorio estadounidense, que podría resolver en su contra en las próximas semanas.
El exministro tiene un mes para apelar si la decisión no le favorece. Mientras tanto, crece la expectativa en Bolivia por saber si finalmente enfrentará a la justicia o logrará esquivarla una vez más.