Las autoridades chilenas iniciaron este miércoles la evacuación de más de un millón y medio de personas en el borde costero de diversas regiones del país, tras la alerta de tsunami provocada por un sismo de magnitud 8,8 ocurrido en Kamchatka, Rusia. La medida preventiva fue coordinada por el Sistema Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred).
Las evacuaciones comenzaron en las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Atacama, Coquimbo, Valparaíso y O’Higgins, e incluyeron zonas insulares como la isla de Pascua, el archipiélago Juan Fernández y la isla San Félix. En todas estas zonas se activó el Sistema de Alerta de Emergencias (SAE), que notifica a la población mediante mensajes enviados a teléfonos móviles.
Senapred llamó a la ciudadanía a mantener la calma y seguir las instrucciones de los equipos de emergencia. Además, recordó la importancia de considerar a las mascotas durante la evacuación. Las primeras olas alcanzaron Rapa Nui con una altura estimada de 15 a 20 centímetros, sin causar daños relevantes.
En Perú, la Dirección de Hidrografía y Navegación de la Marina de Guerra emitió también una alerta de tsunami para todo el litoral del país. El Centro de Operaciones de Emergencia Nacional informó que monitorea la situación en coordinación con las autoridades regionales ante cualquier cambio en el comportamiento del mar.
Otros países latinoamericanos como El Salvador, Costa Rica, Nicaragua y México también emitieron alertas similares como medida de precaución. La atención se ha centrado en la evolución del oleaje y su posible impacto en las zonas costeras del Pacífico.
En regiones más alejadas del epicentro, como Japón, Rusia y Hawái, se evacuó a cerca de dos millones de personas. Sin embargo, con el paso de las horas, la mayoría de las alertas han sido rebajadas a avisos, al observarse que las olas generadas no superaban los pronósticos más severos.
Las autoridades meteorológicas explicaron que una alerta de tsunami implica riesgo directo para la vida humana y daños materiales, mientras que un aviso indica un riesgo menor. Aunque no se han registrado grandes daños hasta el momento, se mantiene la vigilancia en toda la región del Pacífico ante la posibilidad de cambios en el comportamiento del mar.