Sucre, la capital histórica de Bolivia, dio inicio al mes del Bicentenario con una emotiva celebración cargada de simbolismo, arte y fervor patriótico. La Plaza de la Libertad fue el escenario de una velada inolvidable que unió tradición y modernidad, recordando el legado de 200 años de independencia.
A la medianoche del 1 de agosto, frente a la Casa de la Libertad, se entonó el Himno Nacional mientras una multitud acompañaba con aplausos y emoción. El acto incluyó dramatizaciones históricas, danzas típicas de las distintas regiones del país y el traslado simbólico del Acta de la Independencia.
Uno de los momentos más conmovedores fue la presentación de la poetisa Matilde Casazola, quien dedicó una canción a Juana Azurduy. Luego, un espectáculo de mapping iluminó la emblemática fachada del edificio histórico, seguido por presentaciones musicales de reconocidos grupos como Los Primos, La Razza y Bonanza.
La celebración en Sucre marcó el inicio de una agenda nacional. En las nueve capitales departamentales también se celebró con bandas, fuegos artificiales y actos cívicos. Además, el Gobierno anunció la entrega progresiva de “200 obras del Bicentenario” en todo el país, como parte del homenaje a esta fecha histórica.
Este 1 de agosto, Sucre no solo recordó el pasado: proyectó un mensaje de esperanza y unidad para el futuro. Y lo hizo desde el mismo lugar donde nació la libertad.