El expresidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, fue condenado a 12 años de prisión domiciliaria, una pena histórica que lo convierte en el primer exmandatario del país en ser sentenciado por un delito penal. La condena, emitida por la jueza Sandra Heredia del Juzgado 44 Penal del Circuito de Bogotá, se basa en los delitos de fraude procesal y soborno en actuación penal.
La sentencia, de más de 1.100 páginas, también incluye una multa de más de 3.400 millones de pesos colombianos (aproximadamente $822,000) y lo inhabilita por ocho años para ejercer funciones públicas. La pena será cumplida en su domicilio en Rionegro, Antioquia.
Un “juicio del siglo” con un veredicto sorprendente
La decisión judicial ha causado sorpresa en el país, ya que la condena de 12 años supera la petición inicial de la fiscal del caso y lo que la propia jueza había anticipado. El fallo detalla que la pena se establece por el delito de soborno en actuación penal y se le suman años por el delito de fraude procesal.
La defensa del expresidente, de 73 años, ya anunció que apelará la decisión ante el Tribunal Superior de Bogotá, un paso legal que se espera en un caso de esta magnitud.
El origen del proceso
Este proceso penal se remonta a 2012, cuando Uribe demandó al congresista de izquierda Iván Cepeda por supuesta manipulación de testigos. En ese momento, Cepeda investigaba los presuntos vínculos de Uribe con grupos paramilitares. Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia no solo desestimó la demanda de Uribe, sino que, en un giro sorprendente, decidió abrir una investigación en su contra por presunta manipulación de testigos.
A pesar de ser absuelto de un tercer cargo de soborno simple, la jueza Heredia consideró que las pruebas presentadas por la Fiscalía eran lo suficientemente sólidas para condenarlo por los otros dos delitos, un veredicto que marcará un antes y un después en la historia judicial de Colombia.