La Sala Plena del Tribunal Supremo Electoral (TSE) concluyó una intensa jornada de deliberaciones este martes con la designación de Óscar Hassenteufel como vicepresidente, tras finalizar su periodo como presidente. Sin embargo, la elección del nuevo titular del TSE quedó pendiente, dejando la presidencia en un limbo temporal.
La sesión reservada, marcada por dos postulaciones fallidas de los vocales Tahuichi Tahuichi Quispe y Nancy Gutiérrez, no logró alcanzar el consenso necesario para elegir al nuevo presidente. "Dos vocales se postularon, pero no hubo el apoyo suficiente para llegar a los cuatro votos que es el mínimo requerido para ser elegido", se informó.
Ante este estancamiento, Hassenteufel asumirá la presidencia de manera interina a partir del viernes 2 de mayo, hasta que la Sala Plena logre un acuerdo. La sesión, que se extendió por varias horas con un receso intermedio, reveló una división interna, con un voto disidente emitido por la vocal Gutiérrez.
A pesar de la falta de consenso en la presidencia, Hassenteufel aseguró que la Sala Plena no se debilita, sino que se fortalece al evitar un vacío de poder. Este proceso de elección cobra especial relevancia en el contexto de la proximidad de las elecciones generales en Bolivia, que requieren un TSE con una directiva consolidada.
Además, Hassenteufel aclaró que su mandato, al igual que el de la mayoría de los vocales, finaliza en diciembre de 2025, lo que implica que no estarán en funciones para las elecciones subnacionales. Este factor añade una capa adicional de complejidad al panorama electoral boliviano, mientras el país se prepara para un periodo crucial de definiciones políticas.