La muerte de Matthew Perry, el querido actor que dio vida a Chandler Bing en Friends, no fue solo una tragedia personal, sino también un caso que expone los límites éticos del ejercicio médico. A casi dos años de su fallecimiento, dos médicos enfrentan a la justicia por su presunta responsabilidad en suministrarle ketamina de forma ilegal, a pesar de su conocida lucha contra las adicciones.
El Departamento de Justicia de EE.UU. confirmó que Salvador Plasencia, uno de los médicos implicados, aceptará un acuerdo de culpabilidad por distribución ilegal de ketamina. Podría enfrentar hasta 40 años de cárcel. Mark Chavez, otro médico vinculado al caso, ya admitió su rol y arriesga hasta 10 años de prisión.
Perry falleció en 2023 a los 54 años. Aunque usaba ketamina en un tratamiento médico para la depresión, investigaciones revelan que habría recibido dosis adicionales de forma irregular, sin el debido control, en un contexto de recaída. Los fiscales acusan a los médicos de aprovecharse de su vulnerabilidad.
Este caso sienta un precedente crucial sobre el rol de los profesionales de salud en el manejo de adicciones. La rendición de cuentas podría significar algo de paz para sus familiares, amigos y millones de fans que siguen lamentando su partida.