La brutal realidad de la violencia intrafamiliar se hizo palpable en Cercado-Cochabamba esta semana, cuando la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de la Alcaldía rescató a dos niños, de tan solo 3 y 4 años, de hogares donde las agresiones físicas y psicológicas eran el pan de cada día. Los pequeños, víctimas de sus propios progenitores, fueron sacados a salvo gracias a la perspicacia y valentía de una tía y una profesora.
Vidas Marcadas por el Maltrato Cotidiano
Los detalles revelados por la Defensoría son estremecedores: ambos niños vivían en un estado de terror constante, sometidos a golpizas diarias por parte de sus padres. "Ninguna acción que realice el niño es justificado para que sea maltratado de esta manera", sentenció Edwin Pérez, jefe de la Defensoría, al referirse a la atrocidad de los abusos. Estos casos no solo exponen la vulnerabilidad de los infantes, sino también la alarmante normalización de la violencia en algunos entornos domésticos.
La detección de estos casos no provino de una investigación proactiva de las autoridades, sino de la agudeza de individuos externos a la familia. Fue la persistencia de una tía y la observación atenta de una profesora las que permitieron que las marcas de los golpes y el deterioro emocional de los niños no pasaran desapercibidos, activando así la cadena de denuncia que llevó al rescate.
Un Llamado de Auxilio a la Comunidad: "Denuncien, No Oculten"
Ante la gravedad de los hallazgos, la Defensoría ha redoblado su llamado a la ciudadanía. Pérez fue enfático: "Pedimos a la población denunciar y no ocultar este tipo de maltrato". La institución insiste en que cualquier mínima señal o indicio de abuso contra un menor debe ser reportado de inmediato. La indiferencia o el silencio de los vecinos y conocidos se convierten, en muchos casos, en cómplices involuntarios de la violencia que sufren los niños a puertas cerradas.
Estos rescates son un recordatorio sombrío de que la protección de la infancia es una responsabilidad colectiva que no puede delegarse únicamente a las instituciones. ¿Hasta qué punto la sociedad está dispuesta a mirar y actuar ante las señales de auxilio de los más pequeños?