Las autoridades argentinas han intervenido un paso ilegal a dos kilómetros de Aguas Blancas, una localidad fronteriza con Bermejo, Bolivia. Este punto es utilizado para el ingreso de cocaína, mercadería y vehículos desde el lado boliviano. El interventor de la Municipalidad de Aguas Blancas, Adrián Zigarán, señaló que se establecerá un control permanente de Gendarmería en la Finca Karina, descrita como una "aduana paralela" que opera las 24 horas para eludir los controles aduaneros.
Según Zigarán, el objetivo es establecer presencia estatal argentina en la finca, que presuntamente pertenece a una ciudadana boliviana que habría vulnerado las leyes de compra de tierras en zona de frontera. Este paso ilegal ha cobrado mayor relevancia tras la implementación del Plan Güemes a finales de 2024, convirtiéndose en una ruta alternativa para el contrabando.
En el lado boliviano, el presidente de la Federación Departamental de Juntas Vecinales (FEDJUVE) de Bermejo, Celestino Barro, denunció la ausencia del Estado, lo que facilita la salida de productos alimenticios hacia Argentina. Barro afirmó tener "reportes de que el contrabando pasa por sus narices", en referencia a la inacción de las autoridades de la Fuerza Naval. Sin embargo, el presidente del Comité Cívico de Bermejo, Víctor Sánchez, negó estas acusaciones, asegurando que los efectivos de la Fuerza Naval cumplen con el control fronterizo.
Mientras tanto, en Yacuiba, en el límite con Argentina, el narcotráfico y el contrabando en sentido inverso son un problema incontrolable debido a la misma ausencia estatal. Henry Medrano, presidente del Comité Cívico de Yacuiba, enfatizó que la falta de control del narcotráfico ha generado otros delitos como la delincuencia, el sicariato y la trata de personas, convirtiéndose en el "mal más grande" de la región.