La noche del viernes se convirtió en escenario de furia y descontrol en El Alto, donde padres de familia y vecinos, hartos de la borrachera y la delincuencia, tomaron por asalto varias discotecas ubicadas a pocas cuadras de la Universidad Pública de El Alto (UPEA). Armados con palos y decididos a poner fin a la inseguridad, los pobladores desalojaron a la fuerza a los jóvenes y posteriormente incendiaron el mobiliario de los locales.
La acción, calificada por muchos como un "escarmiento", comenzó con la irrupción violenta en los establecimientos nocturnos. Con patadas y palos, los vecinos lograron abrirse paso, obligando a los jóvenes a salir de los locales. Videos difundidos en redes sociales muestran cómo varios de ellos fueron golpeados con palos a la salida, en un intento de disciplina forzada.
Una vez desalojadas las discotecas, la indignación se transformó en una enorme fogata. El mobiliario de los establecimientos fue sacado a la calle y prendido en llamas, iluminando y calentando las heladas calles alteñas.
La escalada de agresiones, robos y el descontrol generalizado obligaron a la intervención policial. Los agentes llegaron al lugar e intentaron dispersar a la multitud mediante gasificaciones, en un esfuerzo por restaurar el orden.
Tras el restablecimiento de la calma, el reporte policial indicó que gran parte de los disturbios y saqueos fueron protagonizados por personas ajenas a la zona. No solo hubo saqueos, sino también robos, lo que derivó en la detención de varias personas sorprendidas en flagrancia.
Sin embargo, la indignación de los vecinos no cesó con la llegada de la policía. Confrontaron a los efectivos, acusándolos de falta de control y denunciando que los jóvenes salen de estos lugares hasta las 6 de la mañana, generando inseguridad desde tempranas horas de la madrugada.