La preocupación crece en los hogares bolivianos ante la inminente escasez de pan. El sector panificador del país ha lanzado una contundente advertencia: los constantes bloqueos de carreteras están asfixiando el abastecimiento de insumos esenciales, poniendo en jaque la producción del "pan de batalla", alimento fundamental en la mesa de los bolivianos.
Líderes de los panificadores han sido enfáticos en su llamado a la pacificación y al levantamiento inmediato de las medidas de presión. Argumentan que el transporte de harina, azúcar, manteca y levadura, ingredientes clave para la elaboración del pan, se ha visto severamente afectado, generando retrasos y, en algunos casos, la imposibilidad de recibir la materia prima necesaria.
La situación no es nueva. En los últimos meses, el sector ha enfrentado desafíos persistentes, incluyendo el alza de precios de los insumos en el mercado abierto y dificultades en la entrega de harina subvencionada por parte de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa). Si bien se han logrado acuerdos con el Gobierno para mantener el precio del pan en Bs 0,50, la continuidad de los bloqueos amenaza con desmantelar estos consensos y generar un incremento en el costo final del producto, impactando directamente en la economía familiar.
"No podemos seguir trabajando en estas condiciones", declaró un dirigente del gremio, reflejando el sentir generalizado de un sector que se esfuerza por garantizar la alimentación básica de la población. La presión sobre los panificadores es palpable, quienes, entre el compromiso de mantener el precio y la realidad de los costos de producción y la falta de insumos, se ven en una encrucijada.