Un hombre en San Julián llevó la expresión "pies fríos" a un nivel extremo. Horas antes de su boda, fingió su propio secuestro para evitar el matrimonio y, de paso, zafarse de una posible detención por deudas de pensiones familiares. Lo que comenzó como una angustiante denuncia de rapto por parte de su prometida, movilizando a la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), culminó en un insólito hallazgo: el novio "secuestrado" fue encontrado sano y salvo, escondido en un alojamiento.
La verdad salió a la luz tras ser interrogado. El hombre confesó que simuló el secuestro por el temor a ser demandado por su exmujer por incumplimiento de asistencia familiar si contraía nupcias. Creía que al desaparecer, evadiría tanto el altar como los tribunales.
Ahora, la "fuga nupcial" le costará caro. El ingenioso novio está aprehendido y será presentado ante un juez cautelar, imputado por el delito de simulación de secuestro, una figura penal en Bolivia que sanciona a quienes entorpecen el trabajo policial con denuncias falsas.
El caso ha generado revuelo en San Julián, no solo por lo peculiar de la situación, sino por el despliegue de recursos policiales que implicó la falsa alarma.
Las autoridades han sido claras: fingir un delito es un ilícito y no será tolerado. Mientras tanto, la novia, protagonista involuntaria de este drama, no ha dado declaraciones, y se espera que el martes se desarrolle la audiencia cautelar de su singular prometido.