Lo que debía ser una jornada deportiva cerró con incidentes en las afueras del estadio Félix Capriles. Tras el empate 1-1 entre Wilstermann y Aurora, algunos hinchas del equipo aviador encendieron petardos y lanzaron pirotecnia, generando una respuesta inmediata de la Policía.
La intervención se produjo cuando la aglomeración de personas y el uso de explosivos caseros comenzó a salirse de control. Ante la negativa de dispersarse, efectivos del orden utilizaron agentes químicos para recuperar el control en las inmediaciones.
Los gases lacrimógenos afectaron incluso a personas que aún se encontraban dentro del estadio, entre ellos niños. Si bien no se reportaron heridos ni destrozos graves, el hecho generó alarma y obligó a evacuar rápidamente la zona. El episodio reabre el debate sobre la seguridad en eventos masivos y el rol de los controles a la salida de los partidos.