La organización de un nuevo debate presidencial fue destacada como un paso clave para recuperar una práctica democrática que permita a la ciudadanía evaluar propuestas y contrastar visiones de país. En un contexto político marcado por la desconfianza y la polarización, se busca que este espacio contribuya a una participación más consciente e informada.
Desde la Fundación Jubileo se resaltó que el retorno de estos encuentros representa la recuperación de una tradición interrumpida en los últimos años, donde el cálculo electoral prevaleció sobre el derecho ciudadano a la información. Para sus organizadores, más allá del espectáculo político, el debate es una herramienta esencial para fortalecer el voto reflexivo y exigir mayor transparencia.
Asimismo, se espera que las organizaciones políticas que participen en las próximas elecciones asuman el reto con responsabilidad, presentando propuestas concretas y dejando de lado discursos vacíos. El objetivo: que la ciudadanía vuelva a confiar en el proceso democrático como un mecanismo de deliberación, y no solo de elección.