En medio del dolor y la incertidumbre, las familias de Basilia (63) y Luisa (67) viven horas de angustia. Ambas mujeres continúan internadas en estado crítico tras haber sido apuñaladas brutalmente mientras trabajaban en sus puestos callejeros. El ataque, ocurrido el pasado jueves, dejó a siete personas heridas, pero son ellas quienes llevan la peor parte y cuya vida aún pende de un hilo.
Una de las adultas mayores permanece en terapia intensiva en una clínica privada, donde fue sometida a una compleja cirugía de emergencia por un trauma torácico con daño pulmonar. Su estado es delicado. La otra, debido a la falta de recursos, fue derivada al Hospital Viedma, donde también lucha por sobrevivir, aunque su familia enfrenta serias dificultades económicas para cubrir los medicamentos y tratamientos.
Ambas víctimas, conocidas en la zona por vender salchipapas y fruta, no solo compartían una amistad entrañable, sino también los desafíos del día a día como comerciantes informales. “Eran inseparables. Ahora mi mamá está muy mal, y también le duele saber que su amiga está grave”, contó entre lágrimas la hija de Basilia.
Mientras el autor del ataque fue enviado con detención preventiva al penal de El Abra, las familias ruegan por ayuda urgente y se aferran a la esperanza de que ambas mujeres logren sobrevivir. La ciudadanía, consternada, ha empezado a movilizarse en redes sociales para canalizar apoyo económico, mientras Cochabamba se mantiene en vilo, esperando un milagro.