Una mujer rompió el silencio y lanzó una advertencia contundente: si el Gobierno no actúa frente a los avasallamientos de tierras, convocará a productores afectados para tomar el predio "Adán y Eva", propiedad del hijo del presidente Luis Arce. Su mensaje, cargado de furia, sacude al país y pone bajo la lupa la inacción estatal ante los abusos en el oriente boliviano.
Melissa, esposa del dueño del predio Santa Rita en el norte cruceño, denunció que su familia ha sufrido cinco invasiones violentas por parte de grupos interculturales presuntamente ligados al oficialismo. En el último ataque, su esposo fue secuestrado por hombres armados, mientras que las autoridades, según dijo, solo observan sin actuar.
"Si no desocupan nuestra tierra, iremos nosotros a ocupar la suya. Que sientan en carne propia lo que vivimos los productores día a día", declaró públicamente en un programa radial, dirigiéndose directamente al hijo del mandatario.
El predio "Adán y Eva" ha sido centro de polémicas desde que se conoció que fue adquirido por Rafael Arce Mosqueira mediante millonarios préstamos bancarios, pese a su juventud y escasa trayectoria en el sector agrícola. Las declaraciones de Melissa reavivan las dudas sobre los vínculos entre poder político, tierras y financiamiento irregular.
La denunciante también acusó a líderes de los interculturales, como Esteban Alavi aspirante a senador por el MAS, de dirigir los avasallamientos con respaldo logístico, armas y vehículos incautados. "Esto ya no es lucha por tierra, es una red criminal disfrazada de movimiento social", afirmó.
Mientras tanto, la tensión crece en la región, los productores exigen respuestas y el Gobierno guarda silencio. La amenaza de una toma simbólica del predio presidencial no solo visibiliza el hartazgo rural, sino que también expone la fragilidad institucional ante grupos de poder paralelos.