La Fiscalía General de Estados Unidos anunció una recompensa de 50 millones de dólares por información que permita la captura del presidente venezolano Nicolás Maduro. Esta medida representa un aumento significativo respecto a la recompensa anterior de 25 millones, establecida en enero de este año.
Maduro fue acusado en 2020 por narcotráfico y terrorismo durante el primer mandato del expresidente Donald Trump. Las autoridades estadounidenses afirman que el mandatario venezolano colabora con grupos como el Tren de Aragua, el cartel de Sinaloa y el cartel de los Soles para traficar drogas y generar violencia.
Pam Bondi, fiscal general de Estados Unidos, calificó a Maduro como uno de los narcotraficantes más peligrosos del mundo y una amenaza para la seguridad tanto de Venezuela como de Estados Unidos. Su acusación se enmarca en una estrategia para presionar al gobierno venezolano.
En respuesta, Nicolás Maduro acusó al gobierno estadounidense de orquestar una “conspiración fascista” contra Venezuela, y pidió a las fuerzas civiles y militares reforzar la seguridad para proteger la paz nacional. Según él, esta conspiración forma parte de una “ecuación nefasta” junto al narcotráfico colombiano y las bandas criminales que operan en la región.
Maduro defendió la unión entre el pueblo, el ejército y la policía como “el arma secreta” para enfrentar estas amenazas, y advirtió sobre la existencia de conspiradores que buscan desestabilizar la tranquilidad y la paz del país.
Este nuevo episodio evidencia la tensión política y diplomática entre Estados Unidos y Venezuela, que continúa marcada por acusaciones cruzadas en medio de la profunda crisis social y política venezolana.