Luis Arce cerró filas frente a la propuesta de un senador androniquista que buscaba suspender a los vocales del Tribunal Supremo Electoral y retrasar los comicios. El mandatario fue categórico: el 8 de noviembre entregará el mando al ganador de la segunda vuelta y no aceptará ninguna maniobra para extender su gestión.
En un mensaje difundido en redes sociales, aclaró que el Gobierno no tenía relación con la iniciativa y pidió a la Asamblea desecharla de inmediato. Según Arce, insistir en esa idea solo generaría incertidumbre y pondría en riesgo la paz social.
El proyecto de ley, impulsado por el senador Pedro Benjamín Vargas, reconoce incluso la posibilidad de que su aprobación provoque una postergación electoral y con ello una prórroga de mandato. Para Arce, esa ruta es "inconstitucional" y rompe el orden democrático.
Con esta postura, el presidente intenta garantizar que el calendario electoral se cumpla y que la transición de poder, gane quien gane, se produzca sin excusas ni retrasos.