La alarma por un supuesto brote de malaria en la comunidad 7 de Julio quedó descartada. El epidemiólogo municipal, Armando Achocalla, aclaró que no existe una emergencia sanitaria, aunque la enfermedad sigue siendo parte de la vida cotidiana en la región.
“Nosotros prácticamente vivimos con malaria”, afirmó Achocalla, recordando que el distrito de Florida es una zona endémica donde los casos aparecen de manera constante, sin que esto implique un incremento fuera de lo normal. De acuerdo con los registros, en las últimas tres semanas se notificaron apenas unos pocos casos aislados, lejos de un brote.
El especialista también señaló que factores externos, como la falta de combustible, dificultan las supervisiones rurales y retrasan el trabajo de control. Sin embargo, aseguró que el programa de malaria sigue activo, que el centro de salud de la zona está en funcionamiento y que los medicamentos son responsabilidad del gobierno municipal.
La aclaración oficial busca frenar la desinformación y al mismo tiempo poner en perspectiva una realidad que no cambia: en Riberalta, la malaria no llega como sorpresa, sino que persiste como un riesgo permanente que exige vigilancia constante.