El gobierno anunció la garantía de diésel subvencionado para la campaña agropecuaria, aunque la incertidumbre sigue en el sector. La próxima siembra, clave para la seguridad alimentaria, enfrenta riesgos por la limitada disponibilidad y distribución del combustible.
El ministro de Desarrollo Rural y Tierras, Yamil Flores, informó que de los 70 millones de litros solicitados para la campaña de invierno, ya se entregaron 52 millones, quedando pendientes 18 millones para cubrir la preparación del suelo y la cosecha. “La distribución está garantizada para asegurar el alimento para la siguiente gestión”, afirmó Flores.
No obstante, los productores mantienen la preocupación. La Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) advirtió que retrasos en la preparación de 1.5 millones de hectáreas de soya, maíz y sorgo podrían afectar la economía y la seguridad alimentaria del país. La inversión proyectada supera los 1,000 millones de dólares.
La escasez de combustible ha generado largas filas en estaciones de servicio y presiona al transporte y la producción. Bolivia importa más del 50% del diésel que consume y destina alrededor de 1,600 millones de dólares anuales en subvenciones.
Para asegurar la provisión, el ministro de Hidrocarburos y Energías, Alejandro Gallardo, se reunió con productores para coordinar volúmenes y puntos de entrega. Flores indicó que se dará seguimiento a los acuerdos y podrían convocarse nuevas reuniones si la distribución falla.
Aunque el gobierno asegura que el diésel está garantizado, la tensión entre promesas oficiales y la realidad en el campo mantiene en alerta a toda la campaña agropecuaria.