La capital peruana, Lima, ha sido sacudida por una serie de movimientos telúricos en las últimas 48 horas, culminando hoy con un sismo de magnitud 3.7. Este temblor se suma a otros tres registrados previamente, elevando la preocupación en una ciudad acostumbrada a la actividad sísmica, pero que ahora lidia con las consecuencias de un terremoto de mayor envergadura ocurrido el pasado domingo.
El sismo inicial, de magnitud 6.1, dejó un saldo trágico de un fallecido y al menos 36 personas heridas, varias de las cuales aún permanecen hospitalizadas. Este evento principal provocó también daños considerables en infraestructuras, afectando instalaciones de salud y educativas, así como la interrupción temporal de servicios básicos como la electricidad y la telefonía, que ya han sido restablecidos.
Tras el terremoto del domingo, la ciudad y la región del Callao han sentido réplicas, incluyendo un sismo de magnitud 4.2, lo que mantiene a la población en alerta constante.
La presidenta de Perú, Dina Boluarte, ha reiterado a la ciudadanía la realidad sísmica del país, ubicado en el Cinturón de Fuego del Pacífico. Boluarte hizo un llamado a la calma y a la preparación, subrayando la importancia de mantener la serenidad para minimizar las víctimas durante este tipo de eventos naturales.
